11 junio 2010

Salió Crítica, el diario de los trabajadores



¡Qué Crítica de los Trabajadores salga todos los días!


Por Bernardo Veksler.

Desde ayer, está circulando la edición elaborada exclusivamente por los trabajadores del diario Crítica, luego de casi cuarenta días de incertidumbre sobre el futuro de esa fuente laboral. El marco del lanzamiento fue inmejorable, una concentración casi inédita de los asalariados de distintos medios y de otros gremios que acudieron solidariamente a expresar su apoyo incondicional a las 190 víctimas de una inescrupulosa patronal, la desidia de la dirigencia gremial y la indolencia oficial.
Los propietarios de los medios de comunicación, en general, no sólo han dado reiteradas muestras de manipulación informativa, para intentar poner los hechos de la realidad al servicio de sus intereses monopólicos o de sus patrocinantes publicitarios, como también de hacer corresponder esas actitudes contrarias a la libertad de expresión con el autoritarismo que impera dentro de las cuatro paredes de las redacciones y los talleres gráficos. Los empresarios periodísticos han hecho caso omiso de las normas protectivas de los trabajadores, de las elecciones de delegados y sus fueros gremiales. Siempre han chantajeado a los poderes de turno para que cada fallo, dictamen o resolución contenga disposiciones que los beneficien en desmedro de su plantilla. En ese sentido, Antonio Mata, el hispánico propietario, sólo es algo más brutal y aventurero que lo habitual.
En el mencionado acto solidario, se hizo expresa mención de la ausencia de la conducción gremial de la Unión Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. La dirigencia que años atrás posaba de “progre” y ahora ni siquiera recordó sus profusas proclamas de entonces sobre que “la peor opinión es el silencio”. En un acto descomunal, sin las mediaciones y subterfugios que acostumbra la mayoría de la dirigencia sindical, han estado insólitamente ausentes de una lucha elemental como es la defensa de la fuente laboral de los compañeros. Ese “faltazo” habla por sí mismo con mayor contundencia que cualquier otra consideración sobre la actitud de la Comisión Directiva de la UTPBA.
Pero, el elemento determinante de esta columna es la edición que está en la calle de Crítica de los Trabajadores. En sus páginas se respira aire puro, libertad, la dignidad del que muestra con orgullo el fruto de su trabajo y merece que la ciudadanía lo tome como ejemplo de las garantías necesarias para que el derecho a la información de la sociedad esté protegido.
En los últimos años, se ha visto como desembozadamente algunos diarios, que hasta ahora predominan en el favor de los lectores, se han valido de sus ediciones para consumar pases de facturas, vendettas y defensa a ultranza de sus privilegios. Han ocultado noticias, han distorsionado otras, han potenciado las que les favorecían o perjudicaban a sus contrincantes, para exhibir en forma totalmente descarnada el poder que despliegan para torcer las voluntades de los que entorpecen su camino. Todo ha sido tan brutalmente evidente que parecen sutiles las manipulaciones realizadas en otros tiempos.
Esta situación ha llevado a muchísimos de los lectores a abandonar su lectura cotidiana y a comenzar la búsqueda de otros más confiables y veraces. Este contexto ha potenciado un viejo interrogante que se expresaba sólo en algunos selectos cenáculos: ¿Es posible compatibilizar la libertad de expresión con los medios de comunicación en manos de estos inescrupulosos empresarios? ¿Existe un punto de convergencia entre el lobby mediático, y su propósito obsesivo de maximizar las ganancias, y los intereses ciudadanos de tener garantizado el derecho a la información?
A esta altura de la evolución de la humanidad el libre acceso informativo es un derecho humano cada vez más preponderante, por esa razón, la ciudadanía debería tener mayores garantías de que la producción periodística se encuentre despojada de intereses subalternos y sólo sustentada por consideraciones de opinión o puntos de vista libremente argumentados.
Los trabajadores del diario Crítica han dado un paso formidable en el esclarecimiento de estos interrogantes y en disparar la imaginación de los nuevos tiempos que se hacen necesarios considerar para salvaguardar el desarrollo de una sociedad democrática.
La ciudadanía debe tomar en sus manos la exigencia de que esta fuente laboral perdure y reclamar la intervención del Estado para que se la considere como una empresa que debe quedar en manos de los trabajadores.
Así como la aplicación de la Ley de Medios Audiovisuales significará un avance en la desmonopolización del discurso mediático, debería también avanzarse hacia una normativa que imponga el sostenimiento por parte de la sociedad de los medios gráficos, que sus contenidos sean diseñados libremente por los que se desempeñan en ellos y que se aliente la constitución de cooperativas de periodistas para determinar la línea editorial y contenidos de las publicaciones.
La creación de estos nuevos canales de información haría más meritoria la labor de las redacciones alejándola de los especuladores, punteros políticos y auspiciantes. Así, se liberará tanta potencia creadora que se encuentra aplastada por intereses mezquinos que la coartan cotidianamente.
Al finalizar el acto, una de las compañeras se manifestó agradecida a la concurrencia diciendo “estuvo muy bueno”, si Crítica de los Trabajadores puede salir todos los días será la sociedad la que agradezca y estará muy bueno para consolidar el derecho ciudadano de acceder libremente a la información.